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Los conflictos, discusiones y roces forman parte de nuestra vida, por lo que también afectan a las relaciones sentimentales. En caso de que una pareja discuta y tenga dificultades, siempre se puede recuperar una relación de pareja. Todo eso para evitar el desenlace de la ruptura definitiva.
Sin embargo, como en todo proceso, antes de recurrir a la ruptura, una pareja puede sentir las señales de alerta y decidir si quiere salvar o no la relación.
Identificar cuál es el verdadero problema
Si en una relación te has pasado discutiendo por casi todo o si has tenido la sensación de que algo no va bien y no sabes por qué es, entonces tienes un problema en tu relación de pareja como por ejemplo celos que son una causa común.
Esto no es algo extraño, a muchas parejas les sucede. Lo importante es identificar qué es lo que os está distanciando, comprenderlo y actuar en consecuencia. Si algo te incomoda en la relación, es bueno hablarlo y comentarlo, desde un papel asertivo y nunca en tono de acusación.
Comunicar asertivamente
A la hora de comunicarnos dentro de un conflicto es posible cometer ciertos errores, como no ser asertivos, discutir y soltar palabras hirientes hacia la otra persona.
Una de las señales más habituales es la falta de comunicación o realizar la comunicación negativa. Es decir, si la pareja ha dejado de hablar sobre sus necesidades, sentimientos y deseos, es posible que surjan resentimientos y malentendidos que pueden dañar la relación a medio y largo plazo.
Una forma de evitarlo es mejorar las habilidades de comunicación asertiva y con vistas a la resolución de conflictos.
Expresar tus sentimientos
Expresar nuestros sentimientos es una de las formas más emocionales de acercarnos a otras personas. Expresar lo que nos preocupa nos libera y conecta con lo que realmente nos ha causado molestia.
Uno de los problemas de comunicación de la pareja es reprochar y cargar una comunicación gris. No solo tenemos que expresar los sentimientos y emociones desagradables, sino también expresar los sentimientos agradables y emociones que recuerdan que la relación merece la pena.
Decir adiós a la monotonía
Al iniciar una relación de pareja, todo es bueno, novedoso y fantástico y salta esa chispa que hace querer seguir avivando la llama. Pero, con el paso del tiempo, muchas parejas caen en la monotonía y dejan de sorprenderse y no ponen empeño en cuidar de la relación.
La ilusión, la emoción y las ganas de sorprender a la otra persona va pasando a un segundo plano con el tiempo, por lo que es conveniente trabajar en ello. Cambiar rutinas, realizar planes juntos, hacer lo que más le gusta a la pareja son soluciones posibles.
Buscar ayuda de un profesional
En ocasiones, la mejor solución es acudir a un profesional como un psicólogo para resolver este problema de forma efectiva. Eso sí, el psicólogo no hace milagros y, en la mayoría de casos, se trata de un trabajo conjunto. Es decir, es algo que tienen trabajar ambas partes para volver a construir el respeto, la confianza y la comunicación.
Un método bastante usado es la terapia de pareja, que ayuda a mediar y proponer estrategias para mejorar la relación. También existe el asesoramiento individual, es decir, que cada miembro reciba un asesoramiento por separado para trabajar en sus problemas personales en conjunto posteriormente.