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La psiquiatría clasifica diversos tipos de trastornos bajo lo que podríamos llamar el espectro de las psicosis. Estas categorías diagnósticas se establecen bajo el criterio de los síntomas que presenta el paciente. Algunos de estos trastornos presentan subcategorías en función de síntomas aún más específicos. Los trastornos psicóticos más habituales son los siguientes:

  1. Esquizofrenia
  2. Trastorno esquizofreniforme
  3. Trastorno esquizoafectivo
  4. Trastorno delirante
  5. Trastorno psicótico inducido por sustancias

Los pacientes con un trastorno psicótico pueden compaginar el tratamiento farmacológico de sus síntomas con un abordaje psicoterapéutico que les permita encontrar un lugar en el mundo. Estos diagnósticos, de entrada vienen asociados a síntomas de cierta gravedad que suelen ser tratados a nivel medicamentoso. De hecho, muchas veces la única manera de poder tratar psicológicamente a un paciente con trastorno psicótico es después de haber sido estabilizado farmacológicamente. Cuando el paciente está estable, entonces, decimos que es posible un tratamiento a través de la palabra.

En muchas ocasiones la demanda de tratamiento viene por parte de algún familiar, que intenta encontrar una salida a un problema que le desborda, otras veces es el propio paciente quien acude en busca de tratamiento después de tomar conciencia de su situación.

¿La psicoterapia sirve para el paciente con un trastorno psicótico?

La respuesta es que sí, en la medida que el propósito de la misma no es siempre curar el trastorno psicótico, sino más bien facilitar que la persona que sufre, pueda llevar una vida más estable. Estamos en disposición de afirmar que hay un tratamiento posible para la psicosis, aunque éste se aleje de la idea de curación, al menos desde un punto de vista médico. Un trabajo de psicoterapia bien orientado puede permitir que un paciente con un trastorno psicótico pueda establecer un cierto lazo con el mundo y “construir” una suerte de “deseo” que le lleva a sostenerse por sí mismo. Los clínicos muchas veces nos sorprendemos de cómo algunos casos que de entrada se presentaban bajo la sombra de un diagnóstico grave, pueden luego abrirse paso a través del trabajo psicoterapéutico.

 

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