¿Qué queda del sujeto cuando todo se mide en objetivos?
En el mundo laboral actual, la medición constante se ha convertido en norma. Las empresas rastrean cada paso de la productividad, cada proyecto, cada interacción mediante KPIs (indicadores clave de desempeño), métricas de eficiencia y objetivos cuantificables. Esta cultura del rendimiento promete eficacia y control, pero plantea una pregunta crucial: ¿qué queda del sujeto cuando todo se reduce a números y objetivos? Esta es una cuestión que aparece con frecuencia en las consultas de nuestro centro de psicología en Barcelona.
