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El burnout, o síndrome de desgaste profesional, se ha convertido en uno de los malestares más frecuentes en el contexto laboral contemporáneo. No es simplemente cansancio o estrés: implica un impacto profundo en la relación del sujeto consigo mismo, con su trabajo y con su deseo.

Desde la orientación psicoanalítica, se entiende que el burnout no solo afecta al cuerpo, sino también al vínculo del sujeto con aquello que lo motiva, con su capacidad de sostener el deseo y con la manera en que se sitúa frente a sus límites.

¿Qué es el burnout y cuáles son sus síntomas?

Burnout o síndrome de desgaste profesional

El burnout es un estado de agotamiento físico, emocional y mental producido por la exposición prolongada a demandas laborales excesivas, estrés crónico o falta de reconocimiento.

Sus síntomas no se limitan a la esfera emocional, sino que también se manifiestan en el cuerpo y en la relación con el propio deseo:

  • Agotamiento físico y emocional: sensación de cansancio constante, falta de energía y motivación para realizar tareas incluso básicas.
  • Distanciamiento emocional y despersonalización: pérdida de interés o conexión con el trabajo, sensación de indiferencia hacia los colegas o las responsabilidades.
  • Reducción de la realización personal: sensación de incompetencia, baja autoestima y percepción de que el propio esfuerzo carece de valor.
  • Síntomas físicos: dolores musculares, insomnio, tensión crónica, problemas digestivos, cefaleas o palpitaciones.

Estos síntomas reflejan cómo el desgaste laboral no solo se experimenta como un malestar psicológico, sino como una inscripción en el cuerpo y un impacto en la capacidad de desear y proyectarse en la vida.

¿Qué puede provocar burnout?

El burnout no surge de manera aislada; se desencadena por la interacción de múltiples factores:

  • Exigencias laborales excesivas: cargas de trabajo que superan la capacidad de respuesta del sujeto, plazos imposibles y presión constante.
  • Falta de reconocimiento o recompensas: la ausencia de valoración externa o interna puede generar desmotivación y sensación de inutilidad.
  • Conflictos de valores: cuando el trabajo exige actuar en contra del propio deseo o principios, el desgaste se intensifica.
  • Ambientes de trabajo tóxicos: dinámicas jerárquicas rígidas, competitividad extrema o falta de apoyo social aumentan la vulnerabilidad al burnout.
  • Dificultades en la regulación del propio deseo: desde la orientación psicoanalítica, el burnout también puede estar vinculado a la manera en que el sujeto articula su deseo con la demanda laboral, con la obligación y con la expectativa de perfección.
exigencias laborales excesivas

En conjunto, estos factores producen un desequilibrio en el vínculo con la actividad laboral y afectan la relación del sujeto con sí mismo, generando síntomas físicos y psíquicos que son el lenguaje de un malestar profundo.

¿Cómo se quita el burnout?

Superar el burnout no se reduce a descansar unos días o desconectar temporalmente; requiere un proceso de escucha, reflexión y reorganización de la relación del sujeto con su trabajo y consigo mismo:

  1. Reconocer el malestar: identificar los síntomas y aceptarlos como señales de un límite que ha sido sobrepasado. Esto implica dejar de minimizar la experiencia y otorgarle un lugar de importancia.
  2. Pausas y cuidado del cuerpo: el descanso, la alimentación equilibrada, el sueño y la actividad física son fundamentales para restaurar la energía física y emocional.
  3. Revisión de la relación con el trabajo: analizar qué aspectos del entorno laboral generan desgaste, qué demandas exceden las capacidades y qué valores se han visto comprometidos.
  4. Reconectar con el deseo: explorar qué motivaciones y objetivos personales han quedado relegados y cómo se pueden reactivar de manera realista.
  5. Apoyo social y profesional: buscar espacios de escucha, ya sea en la familia, con amistades o con profesionales orientados a la salud mental, puede ofrecer contención y perspectiva.

El objetivo no es eliminar las dificultades del entorno, sino transformar la relación que el sujeto establece con su trabajo y consigo mismo, permitiendo que el cuerpo y el deseo recuperen un espacio de expresión y equilibrio.

¿Qué hacer si tengo burnout?

Si reconoces en ti síntomas de burnout, hay pasos concretos que pueden ayudar a comenzar a aliviar el malestar:

  • Detener la sobreexigencia: identificar las tareas imprescindibles y reducir compromisos que exceden la capacidad real.
  • Escuchar las señales del cuerpo: prestar atención al cansancio, la tensión y otros síntomas físicos como indicadores de límites que necesitan ser respetados.
  • Explorar la relación con el deseo: preguntarte qué es lo que realmente te mueve en el trabajo y en la vida, diferenciando entre lo que es impuesto por otros y lo que surge de tu propia motivación.
  • Buscar espacios de palabra: compartir lo que ocurre con alguien de confianza o en un espacio orientado a la escucha puede ayudar a dar sentido al malestar y a aliviar la carga emocional.
  • Establecer rutinas restaurativas: prácticas de autocuidado, descanso consciente y actividades que generen placer o sensación de logro contribuyen a recuperar energía y motivación.

Estas estrategias no son simples soluciones rápidas; constituyen un proceso de reconocimiento y reorganización de la relación del sujeto con su cuerpo, su deseo y su entorno laboral.

Burnout y el impacto en el cuerpo y el deseo

Desde la orientación psicoanalítica, el burnout se entiende como un fenómeno que afecta simultáneamente la dimensión corporal y la subjetiva. El cuerpo manifiesta lo que la mente y el deseo no logran sostener: tensión, fatiga, dolores, insomnio, sensación de vacío. El deseo, por su parte, se ve erosionado: el sujeto pierde interés en aquello que antes le movilizaba, experimenta desmotivación y se desconecta de sus objetivos vitales.

El malestar del burnout no es solo un efecto del trabajo, sino un lenguaje del cuerpo que habla de lo que no puede expresarse plenamente en palabras. Escuchar este lenguaje permite abrir un espacio de reflexión sobre los límites personales, las motivaciones reales y la manera de sostener el deseo frente a las demandas externas.

Una invitación a la escucha

El burnout señala que algo en la relación con el trabajo y consigo mismo ha sido sobrepasado. Abrir un espacio de reflexión y palabra permite transformar la experiencia: lo que hoy se manifiesta como agotamiento físico y desinterés puede convertirse en un conocimiento profundo sobre los propios límites, deseos y formas de sostener la vida.

Si reconoces síntomas de burnout en ti, dedicar tiempo a escuchar tu cuerpo, reflexionar sobre tu relación con el trabajo y abrir un espacio de diálogo con alguien de confianza puede ser un primer paso fundamental. Desde la orientación psicoanalítica, comprender cómo el cuerpo y el deseo han sido afectados permite recuperar un vínculo más equilibrado consigo mismo, con la actividad laboral y con la posibilidad de proyectarse de manera plena en la vida.

Escrito por:
Mila Herrera
Directora de Psicoclínica Barcelona

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