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El teletrabajo ha transformado de manera profunda el mundo laboral. Lo que comenzó como una alternativa flexible para conciliar responsabilidades terminó, en muchos casos, generando nuevas formas de malestar y desarraigo subjetivo.

Desde la orientación psicoanalítica, el teletrabajo no solo modifica la rutina o la productividad: introduce transformaciones subjetivas profundas, afectando la relación del sujeto consigo mismo, con su deseo y con los límites que separan la vida laboral de la vida personal. Este fenómeno revela cómo la experiencia laboral contemporánea puede alterar la identidad profesional, la motivación y la capacidad de sostener el propio deseo.

¿Cómo afecta el teletrabajo a la salud mental?

El teletrabajo puede producir un efecto ambivalente sobre la salud mental. Por un lado, ofrece flexibilidad y autonomía; por otro, puede generar sensación de aislamiento, pérdida de límites y aumento de la autoexigencia. Entre los efectos más frecuentes se encuentran:

teletrabajo transformaciones subjetivas del mundo laboral
  • Aislamiento y desconexión social: la ausencia de interacción presencial limita el intercambio informal, reduce la contención social y puede afectar el sentido de pertenencia.
  • Difuminación de límites: la falta de un espacio físico definido dificulta separar las obligaciones laborales de la vida personal, generando sensación de estar “siempre conectado”.
  • Exceso de responsabilidad: la gestión autónoma de tareas puede aumentar la presión interna y la autoexigencia constante, incrementando el riesgo de agotamiento emocional.
  • Estrés y ansiedad: la sensación de que el trabajo no termina nunca o de que se debe responder de manera inmediata provoca tensión sostenida y malestar crónico.

Estas manifestaciones muestran que los cambios del teletrabajo no son solo organizativos: reflejan transformaciones subjetivas, ya que el sujeto se ve obligado a renegociar su relación con el deseo, la identidad profesional y sus propios límites.

¿Qué riesgos psicosociales se pueden ocasionar con el teletrabajo?

Más allá de lo individual, el teletrabajo implica riesgos psicosociales que afectan la dinámica de los equipos y la cultura laboral:

  • Aumento de la sobrecarga de trabajo: la sensación de disponibilidad permanente puede llevar a asumir más tareas de las que realmente se pueden sostener.
  • Dificultad en la comunicación: la interacción digital limita los matices y gestos que facilitan la empatía, generando malentendidos y conflictos latentes.
  • Reducción del apoyo social: al no haber interacción física, disminuyen los espacios de contención y reconocimiento mutuo, aumentando la vulnerabilidad emocional.
  • Desarraigo y pérdida de sentido: la ausencia de un entorno colectivo puede debilitar la identidad profesional, dificultando la integración del sujeto en el mundo laboral y la relación con su propio deseo.
riesgos sociales por teletrabajar

Estos riesgos evidencian que el teletrabajo produce transformaciones subjetivas, afectando la manera en que el sujeto se siente sostenido, reconocido y conectado con su rol profesional.

¿Cuáles son los efectos negativos del teletrabajo?

Cuando el teletrabajo se prolonga sin estrategias de cuidado y límites claros, los efectos negativos se vuelven evidentes:

  • Agotamiento emocional: sensación de fatiga constante, pérdida de motivación y disminución de la capacidad de disfrute en el trabajo.
  • Problemas de concentración y memoria: dificultad para organizar tareas y sostener el foco, debido a la dispersión de estímulos y la sobrecarga digital.
  • Alteraciones físicas: dolores musculares, cefaleas, fatiga visual y problemas posturales derivados de la permanencia frente a pantallas y del sedentarismo.
  • Desconexión del deseo: el sujeto puede perder contacto con lo que realmente le moviliza y quedar atrapado en cumplir obligaciones, generando frustración y sensación de vacío.

Estos efectos muestran cómo el teletrabajo impacta en la subjetividad: el malestar no es solo físico o funcional, sino que afecta la relación del sujeto con su identidad y motivación laboral.

¿Qué riesgos laborales existen en el teletrabajo?

Además de los efectos psicosociales y subjetivos, existen riesgos laborales específicos que inciden en la salud física y mental:

  • Sobrecarga laboral: jornadas prolongadas y ausencia de pausas adecuadas pueden generar estrés crónico y burnout.
  • Riesgos ergonómicos: trabajar sin un espacio adaptado aumenta problemas musculoesqueléticos y fatiga física.
  • Difuminación de límites laborales: la dificultad de separar tiempos de trabajo y descanso afecta derechos laborales y bienestar subjetivo.
  • Exposición constante a la evaluación digital: la presión de responder correos y mensajes incrementa la ansiedad y la sensación de vigilancia permanente.

Estos riesgos requieren estrategias preventivas que integren cuidado físico, límites claros y un espacio de escucha profesional donde se pueda reflexionar sobre el impacto subjetivo del trabajo.

Una lectura psicoanalítica del impacto del teletrabajo

Desde la orientación psicoanalítica, el teletrabajo puede producir un desajuste entre el deseo del sujeto y las demandas externas. El aislamiento, la sobrecarga y la falta de reconocimiento generan malestar corporal y emocional, evidenciando que no solo se trata de un problema de productividad: el cuerpo y la mente comunican límites sobrepasados y transformaciones subjetivas profundas.

El impacto se refleja tanto en el bienestar físico como en la relación con el deseo: el sujeto puede perder contacto con lo que realmente le moviliza, experimentando desarraigo, fragmentación de la identidad profesional y sensación de desconexión con su rol laboral. Reconocer estas transformaciones permite abordarlas de manera consciente y recuperar un equilibrio entre trabajo, cuerpo y deseo.

Estrategias para cuidar la salud en el teletrabajo

Para reducir los efectos negativos y los riesgos psicosociales, es fundamental implementar estrategias que permitan reestablecer límites y sostener el bienestar:

  • Definir horarios claros: establecer inicio y fin de jornada para diferenciar trabajo y vida personal.
  • Espacios físicos separados: disponer de un lugar específico para trabajar ayuda a mantener límites y organizar la atención.
  • Pausas regulares: programar descansos cortos y actividades de desconexión ayuda a reducir la fatiga y mantener el enfoque.
  • Cuidado corporal: ejercicios de estiramiento, descanso visual y atención postural son fundamentales para prevenir malestares físicos.
  • Espacio de escucha profesional: poner en palabras el malestar laboral en un dispositivo de escucha estructurado y profesional permite comprender los efectos subjetivos del teletrabajo y reorganizar la relación con el propio deseo y la identidad profesional.

Una invitación a la reflexión

El teletrabajo puede ser una oportunidad de flexibilidad, pero también un riesgo de desarraigo y transformación subjetiva si no se reconocen los límites y se cuida la relación con el deseo. Abrir un espacio para poner en palabras lo que ocurre en la experiencia laboral —tensiones, frustraciones y conflictos— permite recuperar control, energía y sentido de integración.

Desde la orientación psicoanalítica, atender el impacto del teletrabajo en el cuerpo, la subjetividad y la identidad profesional no es solo una cuestión de eficiencia, sino de bienestar integral. Reconocer los límites, implementar estrategias de cuidado y sostener un espacio de escucha profesional posibilita que el sujeto se relacione con su trabajo de manera saludable, recuperando conexión consigo mismo y con su deseo, evitando que la experiencia laboral se transforme en un desarraigo profundo.

Escrito por:
Mila Herrera
Directora de Psicoclínica Barcelona

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