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La depresión se presenta muchas veces de forma callada, escondida entre los pliegues de lo cotidiano. No siempre irrumpe con un dramatismo evidente; en ocasiones se manifiesta como una cierta dificultad para habitar la vida, un peso en las tareas más simples o un desinterés que va carcomiendo poco a poco los vínculos, los proyectos y la relación consigo mismo.

Desde una perspectiva psicoanalítica, no se trata únicamente de un trastorno del ánimo, sino de una forma particular de relación del sujeto con el deseo, con la falta y con la palabra.

podemos superar la depresión en la vida diaria

¿Cómo afecta la depresión a tu vida diaria?

En la vida cotidiana, la depresión suele producir una pérdida de vitalidad, un empobrecimiento del lazo social y un retraimiento subjetivo. No es simplemente tristeza, sino un modo de estar en el mundo donde lo que antes tenía sentido se vuelve indiferente. Se alteran rutinas básicas —alimentación, sueño, concentración— y también se resiente la posibilidad de disfrutar de lo más elemental.

En términos psicoanalíticos, la depresión señala una desconexión con el deseo propio, un silencio en la relación con lo que moviliza y sostiene al sujeto en su existencia.

¿Cuáles son las 4 fases de la depresión?

Aunque cada depresión es única y singular, algunos modelos describen cuatro momentos que pueden ayudar a comprender su desarrollo:

  1. Inicio sutil: aparece un cansancio difuso, cierta pérdida de interés y un malestar que no logra ser nombrado.
  2. Intensificación: los síntomas se hacen más notorios; la vida cotidiana comienza a resentirse en el trabajo, los vínculos y la organización personal.
  3. Estabilización de la vivencia depresiva: el malestar se cronifica, se vuelve una especie de modo de estar en el mundo, con una fuerte sensación de vacío.
  4. Posible salida o cronificación: en este punto, puede abrirse un espacio de tratamiento —a través del encuentro con un analista— o bien consolidarse la vivencia de estancamiento.
conductas de una persona con depresión

El psicoanálisis no entiende estas fases como una secuencia rígida, sino como momentos posibles que dan cuenta de cómo el sujeto se va situando en relación a su malestar.

¿Qué conductas tiene una persona con depresión?

Más allá de lo observable —aislamiento, apatía, dificultad para sostener responsabilidades, retraimiento afectivo— lo esencial es cómo cada sujeto habita esas conductas. Puede presentarse una tendencia a evitar encuentros sociales, a hablar menos, a experimentar el cuerpo con pesadez, o a encerrarse en rutinas repetitivas. Lo común es un intento de tapar, con estas conductas, la imposibilidad de enlazarse al deseo.

Desde el psicoanálisis, estas manifestaciones no se reducen a simples síntomas, sino que revelan un modo singular en que la palabra ha quedado bloqueada o interrumpida.

¿Cómo es la vida de alguien con depresión?

La vida de alguien con depresión puede vivirse como un tiempo suspendido, en el que las cosas transcurren pero el sujeto no se siente partícipe. No hay tanto un exceso de dolor, sino más bien una falta de vivacidad, una distancia respecto de la propia existencia. El psicoanálisis plantea que, tras esa experiencia, se encuentra una dificultad para sostener el lazo con lo simbólico, con aquello que da sentido y lugar en la palabra.

Por ello, más que “superar” la depresión, el trabajo analítico apunta a posibilitar un reencuentro con el deseo, a abrir un espacio en el que el sujeto pueda poner en juego lo que en su vida quedó silenciado.

La depresión no siempre se manifiesta con grandes gestos; a menudo se instala en los silencios, en los pequeños actos de la vida cotidiana, en ese malestar que parece no encontrar palabras. El psicoanálisis ofrece un espacio para poder decir lo que, de otro modo, queda atrapado en el cuerpo o en la repetición. En el encuentro con un analista, es posible abrir un camino hacia lo singular de cada historia, allí donde se juega la relación con el deseo y con el propio modo de estar en el mundo.

Si reconoces algo de lo descrito en tu experiencia, iniciar un análisis puede ser una oportunidad para poner en palabras aquello que hoy se presenta como un peso silencioso, y desde allí comenzar a darle un nuevo lugar en tu vida.

Escrito por:
Mila Herrera
Directora de Psicoclínica Barcelona

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