Ayudar a alguien que padece una depresión no es una tarea sencilla, aunque mostrar tu…
La droga alberga en sí misma a su propio contrario. Esta ambigüedad puede ayudarnos a entender muchas cosas. Unas veces es el veneno, otras el antídoto. En algunos casos la misma droga sirve para compensar la crisis psicótica de un sujeto, en otros es el agente que la desencadena. Ya en el siglo XVII, Cullen, un farmacólogo de la época decía lo siguiente:
“El opio alberga, como tantos otros. lo más y lo menos, es a la vez un estimulante y un sedante. Cuando se lo administra, de nuevo lo positivo se invierte y se “negativiza”. Lo repugnante y lo tóxico se convierte en delicioso y en deseable”.
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Que el tóxico sea droga o medicamento sólo lo determina la prescripción. Del carácter de versatilidad de la droga da cuenta el propio toxicómano que en no pocas ocasiones da testimonio de lo singular de su experiencia. Es frecuente ver cómo algunos sujetos encuentran en el consumo de cocaína la única manera de poder dormir, leer o hasta comer, cuando se supone que los efectos psicoestimulantes de la sustancia deberían inducir justo lo contrario.
Ésta es también la doble relación del psicótico con el tóxico. Pero para la ciencia ya no es el sujeto quien posee un saber por descubrir, ahora es el tóxico quien la tiene, porque el sujeto no es más que un producto del tóxico.
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