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La frase: «Nos tenemos que poner todos de acuerdo para ser todos coherentes y dar todos el mismo discurso». Esto a veces va en dirección contraria a la manera de hacer de algunos docentes que se orientan con la pregunta de Qué otro necesita el sujeto, nuestro alumno, bajo la premisa del SÍ para todos, en el sentido de que todos los alumnos necesitan de ese otro que los aloje, pero que no es homogéneo, es otro diferente para cada niño. aquí está el quid de la cuestión, poder ser flexiles y adaptarnos a cada chico / chica que tenemos ante nosotros.

En resumen es ser un otro que abandone el discurso único de todos y para todos, porque pretender eso es imposible además de que genera una fuente de malestar constante. Cada uno de nosotros, como docentes, nos instituimos o nos desinstituimos para hacerle lugar a un compañero cuando el alumno así lo requiere. (No con todos los niños podemos, esto es una realidad).

«Yo con este chico no puedo, tú puedes más con este otro, yo me las arreglo de esta manera con estos chicos y tú con esos otros…»

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Un adulto que se descompleta, quiere decir que trabaja para mostrarle al niño que no puede TODO, y que habilita, de este modo enviarlo hacia otros y hacia otras cosas. En este movimiento se abre el deseo para estos niños hacia otros niños y adultos: yo no te lo sé decir, o hacer, que te lo mire F …

Hay docentes que dicen: Yo si no entro por el académico no me puedo conectar con estos chicos, u otro que conectaba por la vía del fútbol para después pasar a académico. Entonces se da un juego casi teatral, en el que cada uno, puede ir conformándose un personaje, necesario para diferentes alumnos, o para uno mismo. El objetivo sería que los niños sean pensados entre todos, y donde los contenidos de la cultura, los juegos y la ficción, entren como terceros, porque nosotros, no somos completos, no lo tenemos todo, como adultos.

 

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Escrito por:
Mila Herrera
Directora de Psicoclínica Barcelona

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