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Si tras un tiempo seguimos sintiendo desánimo, tristeza, nervios, ganas de llorar o dificultad para respirar, es posible que estemos ante un cuadro de angustia. Aquí te indicamos cómo puedes quitar la angustia de tu vida.
Al sentir angustia, todo lo vemos negro, somos pesimistas y pensamos que todo son cosas negativas. La angustia aparece cuando una persona está preocupada de manera excesiva y siente que no tiene control sobre sus emociones. Esto provoca ansiedad y tiene síntomas físicos.
¿Qué hacer para que se me pase la angustia?
Los psicólogos que se especializan en ansiedad suelen dar las siguientes estrategias para salir de la angustia:
- Dedicar tiempo a realizar actividades que nos gusten y disfrutar de los buenos momentos. De esta manera, somos más positivos y tendremos energía para afrontar las malas situaciones.
- Practicar la relajación respirando profundo para aliviar el estrés.
- Realizar actividades físicas y tener hábitos de vida saludables. Al practicar ejercicios liberamos las tensiones y nos relajamos tanto a nivel mental como físico.
- Evitar tensiones y hablar sobre lo que nos preocupa. Esto genera alivio y tener una visión externa nos ayuda mucho.
- Recordar situaciones difíciles que hayamos afrontado y que nos hicieron más fuertes emocionalmente. Cada situación que superamos tiene un aprendizaje y nos hace sentir menos derrotados.
- Reconocer que no podemos controlarlo todo. No podemos controlar todas las situaciones, pero sí cómo afrontarlas. Lo ideal es experimentar las emociones, pero que no controlen nuestra vida.
¿Cuáles son los síntomas de la angustia?
La angustia no es más ni menos que una respuesta emocional especialmente intensa que se puede manifestar de muchas formas. Los síntomas de la angustia pueden ser muchos y de variada procedencia, así como tener sus efectos a todos los niveles, desde el físico, hasta el emocional y el mental. Los síntomas más comunes de la angustia son:
Síntomas emocionales
- Inquietud y dificultad para relajarnos y estar tranquilos.
- Sentirnos atrapados y sin esperanza.
- Pérdida de interés o placer en actividades que antes disfrutábamos.
- Ansiedad elevada y sentir miedo, nerviosismo y preocupación excesiva.
- Nos volvemos más irritables y frustrados sin un motivo claro.
- Tener sentimientos persistentes de tristeza.
Síntomas físicos
- Dificultad para respirar de forma adecuada.
- Rigidez o dolor de músculos, sobre todo en los hombros, cuello y la espalda.
- Dolor de cabeza frecuente.
- Palpitaciones, latidos cardíacos rápidos o irregulares.
- Opresión en el pecho.
- Sudoración excesiva.
- Temblores en las manos o en todo el cuerpo.
- Problemas digestivos como náuseas, dolor estomacal, diarrea o estreñimiento.
- Estar fatigado o cansado constantemente, incluso tras descansar.
Síntomas cognitivos
- Ráfagas de pensamientos rápidos y sin un orden lógico.
- Problemas de concentración o mantener la atención.
- Pensamientos negativos y miedo al futuro.
Síntomas conductuales
- Aislamiento social al alejarse de amigos, familiares y dejar de realizar actividades sociales.
- Cambios en los patrones de sueño, como insomnio o dormir en exceso.
- Evadirnos de situaciones o actividades que desencadenan angustia.
- Cambios en los hábitos alimenticios, ya sea comer en exceso o perder el apetito.
Sabiendo los síntomas que causan angustia en tu vida diaria, es importante buscar ayuda profesional. Un buen psicólogo o psiquiatra te puede dar estrategias y la ayuda que necesitas para superar la angustia y tratar sus causas.